miércoles, 15 de octubre de 2025

Los Selk´nam

 Historias de vida y biografías.

Los Selk’nam, también conocidos como Onas, fueron uno de los pueblos originarios más antiguos y emblemáticos de la Patagonia, habitando la vasta isla Grande de Tierra del Fuego durante aproximadamente 10 mil años. Eran un pueblo nómada y cazador, cuya conocida grandeza física y costumbres particulares como la pintura corporal y un elaborado vestuario de pieles de guanaco reflejaban una profunda conexión con su entorno. Su organización social, espiritualidad basada en chamanes y creencia en un ser supremo llamado Timáukel, definieron una cultura rica y resiliente que supo adaptarse a las duras condiciones de un territorio aislado y cambiante.

Sin embargo, la llegada de colonizadores europeos y ganaderos chileno-argentinos a fines del siglo XIX desató un devastador genocidio contra el pueblo Selk’nam. La colonización trajo consigo la apropiación violenta de sus tierras para el establecimiento de estancias ovejeras, provocando conflictos extremados que incluyeron el pago de recompensas por cada Selk’nam asesinado, mostrando la brutalidad con la que se intentó erradicar su cultura y presencia física. Muchos fueron desplazados a misiones salesianas, especialmente a la aislada Isla Dawson, en lo que hoy es Chile, donde vivieron confinados y lejos de su territorio ancestral. Allí, el contacto con un mundo ajeno y la desintegración social condujeron a la pérdida de su lengua, tradiciones y la casi extinción de su pueblo.

Esta historia de exterminio forzado también trae consigo relatos de resistencia y sobrevivencia. Aunque la cultura Selk’nam fue severamente golpeada, sus descendientes y comunidades revitalizan hoy su identidad, luchando contra el olvido y la invisibilización. Algunos miembros del pueblo Selk’nam exiliados incluso llegaron a Inglaterra, llevando consigo la memoria de sus raíces y contribuyendo a mantener viva la historia de su pueblo a través de testimonios, arte y cultura.

La historia del pueblo Selk’nam es un llamado a reconocer y reparar las injusticias históricas, a valorar profundamente la riqueza cultural originaria y a apoyar los procesos de recuperación y revitalización que mantienen viva esta identidad, orgullo y patrimonio humano inalienable.


Una de las ceremonias tradicionales más importantes y emblemáticas del pueblo Selk’nam es el rito de iniciación llamado Hain. Esta ceremonia tenía como principal objetivo el paso de los jóvenes varones de la niñez a la adultez, preparándolos para ser miembros plenos y respetados de la comunidad.

El Hain se desarrollaba en una gran choza ceremonial construida especialmente para este fin, donde se reunían los miembros principales del grupo, especialmente los hombres adultos y los jóvenes que serían iniciados, llamados kloketen. Estos jóvenes eran despojados de sus ropas, bañados y pintados con arcilla roja, y luego ingresaban a la choza donde comenzaron a ser sometidos a una experiencia intensa y simbólica.

Durante la ceremonia, hombres adultos representaban a espíritus míticos usando máscaras y pinturas, creando un ambiente de misterio y miedo muy fuerte para los iniciados. Estos espíritus encarnaban fuerzas de la naturaleza y personajes de los mitos selk’nam, y desafiaban a los jóvenes a luchas simbólicas para probar su fortaleza y coraje. Luego, se les revelaba que los espíritus eran en realidad hombres disfrazados, enseñándoles a reconocer la verdad detrás de lo oculto.



Además del desafío físico, el rito incluía la enseñanza de conocimientos sagrados y secretos de la cultura: la historia de su pueblo, la cosmogonía, los mitos, las normas sociales y el uso de armas para la caza. A lo largo de varios días, se fortalecían el carácter y la razón de los jóvenes para enfrentar la vida adulta.

La ceremonia también tenía un significado profundo en la estructura social Selk’nam, estableciendo y reafirmando la autoridad masculina en la comunidad, junto con la comprensión de un pasado mítico donde el dominio entre mujeres y hombres estaba invertido y que servía para reforzar el orden social vigente.

El Hain no solo era un rito de paso sino también una representación teatral colectiva que fortalecía los lazos sociales y el vínculo con el mundo espiritual, transmitiendo de generación en generación la esencia de la cultura Selk’nam, su cosmovisión y su identidad.

Los xo'on, o chamanes selk'nam, desempeñaban un papel fundamental y sagrado durante la ceremonia Hain y en la vida comunitaria del pueblo. Se les consideraba portadores de poderes sobrenaturales otorgados por un espíritu llamado waiuwin, que se manifestaba durante estados de trance alcanzados mediante el canto prolongado y la concentración profunda, sin uso de sustancias.

En la ceremonia Hain, los xo'on eran mediadores entre el mundo espiritual y el humano. Dirigían rituales, cantos y danzas, y daban sentido a las representaciones de espíritus míticos que aterrorizaban simbólicamente a los iniciados. Eran esenciales para la transmisión del conocimiento mitológico, la enseñanza de las normas sociales y el mantenimiento del equilibrio espiritual en la comunidad.

Además, los xo'on tenían la capacidad de sanar enfermedades imputadas al poder espiritual, manipulaban el clima, influían en la cacería y la guerra, y participaban en competencias chamánicas donde demostraban sus habilidades místicas. Su autoridad se basaba en el respeto por su sabiduría, conexión con los ancestros y la naturaleza, además de su rol como guardianes del conocimiento y la tradición selk'nam.



Canto de viaje chamánico al Cielo del Poniente (Ham-nia):

"Estoy perdida yendo hacia Ham-nia,
Voy tras las pisadas de los dos padres, de los que se fueron...
Los rastros de los que se fueron no están aquí.
Voy andando hacia la casa de Ham-nia..."

Este canto describe el viaje espiritual del chamán hacia mundos superiores en busca de los ancestros y su poder. Es un lenguaje simbólico que evoca el paso entre lo terrenal y espiritual.

Canto para pintar el cuerpo de los iniciados (klóketen):

"Kai klóketen primero...
No se me ha dado ir a K’oin de Aim-shoink..."

Este canto es entonado mientras se aplican pinturas rituales en los jóvenes que están siendo iniciados, integrando protección y transformación para el paso a la adultez.

Canto lamento o de duelo:

"En las alturas mi padre fue herido...
Muerto de hautre,
Su padre se llevó a mi hijo a Aim-shoink..."

Expresa el dolor por la muerte, con referencias a planos espirituales y acontecimientos trágicos, utilizados en rituales de duelo.

Canto de burla a Xalpen (mujer devoradora):

"¡Ha, ha, ha!
Así mujeres...
Cuando se enoja la mujer esa, Xalpen..."

Este canto es parte de la representación teatral en ceremonias Hain, donde se enfrenta a Xalpen, una figura temida y simbólica, combinando temor con humor y desafío.

Estos cantos mezclan vocalizaciones, sílabas con sentido, vocablos simbólicos y relatos míticos, y su función es inducir trance, educar, proteger y fortalecer la comunidad en sus ritos sagrados.

Las pinturas y disfraces del ritual Hain en la cultura Selk’nam tenían un simbolismo profundo y multifacético que reflejaba la cosmología, la mitología y el orden social del pueblo. No eran meramente decorativos, sino que cada color, forma y distribución en el cuerpo representaba valores espirituales y territoriales esenciales.

Los colores principales eran rojo, blanco y negro. El rojo predominaba para simbolizar el cielo del oeste, asociado con el ocaso y un polvo similar a la tiza daba efecto de nubes. El blanco representaba la columna del sur, vinculada a las tormentas de nieve y al invierno, además de ser el hogar espiritual de la luna (Kra), la nieve (Hosh) y la lechuza (Shéit). El negro estaba asociado con la columna del norte, el viento del mar, lluvias de verano y primavera, y seres espirituales como el mar (Kox), la lluvia (Chénu) y el flamenco (Tétil). También existía una columna espiritual sin color, el este, hogar del creador supremo Temaukel.

Las formas geométricas pintadas (líneas, franjas, círculos) y su colocación exacta tenían la función de expresar y comunicar la estructura del cosmos y la identidad del espíritu personificado por quien llevaba el disfraz. Los disfraces y máscaras representaban a espíritus míticos claves en la narrativa cultural selk’nam. A través de estas encarnaciones, los participantes manifestaban fuerzas naturales, transmitían enseñanzas y reforzaban las relaciones de poder, especialmente el dominio y la autoridad masculina sobre las mujeres.

En suma, las pinturas y disfraces del Hain eran una poderosa performance corporal cargada de significado que unía mito, rito, identidad étnica y realidad social en una experiencia colectiva simbólica y ritual que mantenía viva la memoria y el orden ancestral del pueblo Selk’nam.

  1. https://pueblosindigenas.es/de-argentina/ceremonia-hain-de-los-selkman/
  2. https://www.cuerposelocuentes.blog/single-post/2017/01/22/salvar-el-cuerpo-espiritual-desde-la-ritualidad-del-haim
  3. https://es.wikipedia.org/wiki/Hain
  4. https://syt.uv.cl/index.php/SST/article/download/5247/4758
  5. https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3687.html
  6. https://www.instagram.com/reel/DIpfNpesdPl/
  7. https://www.youtube.com/watch?v=t2TFtBWmBAM



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